En el corazón de todos los seres humanos existe un vacío. Blaise Pascal científico francés del año 1652 dijo: “En el corazón de todo hombre existe un vacío que tiene la forma de Dios. Este vacío no puede ser llenado por ninguna cosa creada. Él puede ser llenado únicamente por Dios, hecho conocido mediante Cristo Jesús.”

La mayoría de las personas experimentamos vacíos en el corazón. En su mayoría esos vacíos se asocian a personas claves en la vida de todo ser humano, por ejemplo:

• Haber crecido sin papá o mamá, o, falta de ambos;
• Experimentar el abandono de la pareja;
• Pérdida de un ser amado de forma inesperada;
• No haber podido procrear hijos;
• Las vivencias de rechazo duran la niñez, adolescencia o en alguna otra etapa de la vida.

Yo personalmente experimenté el vacío de papá al haber crecido sin un padre. Más adelante viví rechazo en la niñez y adolescencia, lo cual me marcó con secuelas de síndrome de impacto de rechazo muy fuertes, que afectaron mi auto estima. En mi etapa adulta he vivido dos divorcios. 

Todas esas experiencias desde la niñez hasta la adultez, me calaron de manera que los vacíos en mi corazón fueron cada vez haciéndose más profundos.

Busqué llenar esos vacíos con “amores”, estudios, dinero, títulos académicos, amistades, bienes materiales, y no fue posible experimentar llenura de nada. Todo lo contrario, los vacíos cada vez eran más fuertes, y eso seguía afectando mi auto estima, auto concepto, y por supuesto me causaba vivir en desequilibrio emocional.

Hasta que en el año 2007 abrí mi corazón. Yo estaba pasando por un desierto emocional, era mi segundo divorcio y esta vez con una hija de menos de 2 años de edad. Me sentía perdida, devastada y  fracasada porque mi anhelo más grande era ser amada. Siempre tuve hambre y sed de amor.

En diciembre del 2007 fui invitada a un evento evangelistero al cual me invitaban desde hacía 5 años y nunca aceptaba ir. Esta vez acepté ir para que mi amiga que me invitaba cada año dejara de invitarme. No sabía que estaba tomando la mejor elección de mi vida.

Asistí al evento y llegué al final, cuando el orador iba a realizar la oración de cierre. Él invitó a los asistentes a orar diciendo “Si este año las personas que más has amado te han abandonado, te han traicionado y te han lastimado hoy quiero presentarte a alguien que nunca te abandonará, traicionará o lastimará. ¿Deseas abrir las puertas de tu corazón para esa persona?”; para ese momento yo estaba de rodillas y llorando en el piso, a lo que respondí desde mi lugar: “Sí quiero abrir mi corazón”. Entonces el orador invitó a todos a hacer la siguiente oración: “Señor Jesucristo yo te necesito, te abro las puertas de mi corazón como mi Señor y Salvador, te pido perdón por mis pecados y te doy gracias por haber tomado mi lugar en la cruz. Te pido hagas de mí la persona sana, libre, feliz y prospera que tu quieres que sea integralmente. Amén”.

A partir de ese día mi historia cambio. Jesús entró a mi corazón y llenó todos mis vacíos. Empecé a recibir a través de la teoterapia (Teo: Dios – Terapia: Tratamiento) el tratamiento de Dios a mi vida a través de su palabra. La teoterapia me ayudó a experimentar sanidad interior para poder perdonar y sanar las heridas en las entre pieles de mi alma. De niña viví un abuso sexual que sumado a la soledad destruyeron mi auto estima. Pero cuando recibí a Cristo en mi corazón el amor y paternidad de Papá Dios iniciaron a operar en mí ser ESPÍRITU – ALMA – CUERPO sanidad integral. Ha sido un proceso durante los últimos 12 años de mi vida.

Gracias a esa experiencia de transformación integral ahora soy una mujer plena, feliz, que vive cada día sin limitarme a existir. Me he formado y capacitado para ayudar a otros a sanar las heridas de su corazón, dejar atrás el pasado, y guiarles a vivir la buena aventura de la vida.

A través de mis servicios como escritora y conferencista brindo herramientas y mensajes que inspiran a las personas a tomar la decisión de ser libres de conflictos emocionales que les limitan para vivir a plenitud.

Este blog es para compartir mensajes que puedan aportar a sus vidas para vivir en libertad emocional.

Espero poder ayudarles a tomar acciones para moverse de la zona de dolor a la zona de sanidad y poder vivir sin limitarse a solamente existir.

Un abrazo.